daytona beach
Si vas a Daytona Beach en primavera, asegúrate de llegar al anochecer. Las luces te van a saludar desde el puente con la certeza de que eres un viajero y que su brillito gastado es un brillito nuevo para ti. Adéntrate en el pueblo y baja las ventanillas para palpar el aire de mar impregnado en los edificios. Busca los nombres de las calles para llegar timidamente al Seabreeze Boulevard. Allí, en la cafetería más destartalada parquea y búscate en los ojos locales. De ser posible, grita y canta, si no, baila, da brincos y mueve el cuello para sacudir las frutas sobre tu cabeza, colgando de tu vida... Hecho esto, alista tu tienda de acampar y sal en busca de una reserva biológica adónde plantarte. Si no la llegaras a encontrar, tantea calles en la oscuridad hasta llegar al Atlantic Boulevard. Asústate por el olor de las habitaciones de hotel, pero elige una que el día siguiente te llama. Levántate luego, solo o acompañado y busca el mar. Ahí, sentado brevemente frente a las olas, con las...