ANGULO MUERTO
Matemáticamente atolondrado. El mundo anda parejo en blanco y negro, acomodado en el filo de un banco con café caliente reposando en la punta de los dedos. Calientes. Grafito desparramado en los costados y el reloj vulgarmente ruidoso.
¿Quién editara estas escenas vertiginósamente para agregarles sudor y puertas cerradas?
Mecánicamente entuercado en un movimiento de muñecas, sin quererlo, he invocado bocanadas y calor al que juro no hacerle caso alguno.
Y dos mas dos son cuatro. Y hay aplausos y vueltas de carnero. Y también me subi a gritar a los barcos. Y me he puesto el sombrero de papel, en la esquina del salon, mirándoles, y diciéndome que ya ha sido suficiente de mis regresiones autoimpuestas.
Otro sorbo y no escribo más: hoy el timbre toca en alemán.
Quisiera saber, al menos una vez, de qué se tratan mis novedades.
¿Quién editara estas escenas vertiginósamente para agregarles sudor y puertas cerradas?
Mecánicamente entuercado en un movimiento de muñecas, sin quererlo, he invocado bocanadas y calor al que juro no hacerle caso alguno.
Y dos mas dos son cuatro. Y hay aplausos y vueltas de carnero. Y también me subi a gritar a los barcos. Y me he puesto el sombrero de papel, en la esquina del salon, mirándoles, y diciéndome que ya ha sido suficiente de mis regresiones autoimpuestas.
Otro sorbo y no escribo más: hoy el timbre toca en alemán.
Quisiera saber, al menos una vez, de qué se tratan mis novedades.
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