DESDE EL UMBRAL, a limine, at the gates...
Abren los bongoes. Solos. Luego, las cuerdas de nylon machetean entre rumba y fandango.
Se abre la canción en su primera parte:
"Encadenado entre la fruta y la raíz
va creciendo el hilo azul de tu puerto sin abrir
Otra mirada le estamparon en su mal
hay un idioma glorioso, hay un terco caminar
Y sangra entumecida la luz de agonizar
tentándo otra salida febril desde el umbral
No busca tierras nuevas, no busca ver el sol, no importa la bandera,
precisa la canción.
Y tiene abiertas las manos, el hilo acusador y tienen abierta la vida y
tienen abierto el amor
y vive de preguntar a voces roncas, por fin, ¿cuál bruto habrá de llevar a
cuestas éste candíl?"(A Limine, Desde el umbral)
Después de la pausa, hecha con alevosía, entra la batería, más con rumba que con fandango, pero sin dejar de sonar. No se debe esperar, inmediatamente continúa:
Y se puede tararear hasta el infinito... ievo éh leideiere deievo éh..."¡Qué facil será a la hora de ver al mundo pasar frente a la puerta que
llora por la luz sin revelar!
Y corren los vientos frios y corre el eco del mar, corren las miradas frías
y corre en silencio el lugar.
La puerta breve, suspira en aras de descubrir las partes encallecidas que
le queden por vivir.
Luz quieta y abrasadora, permíteme señalar que no eres tu la que llora,
sino el mundo.
Sino el mundo ante tu umbral."
(A Limine, Desde el umbral)
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<3.