UN LEVE DESCUIDO
- Si, oficial, dígame qué pasa y sea breve, tengo varios kilos en el maletero y si no llego en cinco minutos reviento.
- En ese caso, el motivo por el que lo detuve es que el covertor de su placa es algo... ¿cómo ponerlo...? ilegal.
- ¿Cuál covertor?
- El plastiquito que cubre su placa provisional.
- ¿La cosa verde y fea?
- Bueno, no hay necesidad de ser tan directo, pero si, esa.
- Ah eso venia con el carro, no hay problema, la quito, pero solo porque me lo recordó, no se vaya a creer que me infunde algún tipo de respeto. ¿Entendés viejo? pura estética nada más. Bah.. seguro ni entiendes.
- Alguna idea tengo, ciertamente, disculpe usted la molestia, me dejaría ver su licencia por un segundo, nada pasa, es que me parece usted fotogénico.
- ¡Que no! ¿no me entendiste que ando cargado de drogas? además, el cadaver del cura ya está empezando a apestar.
- Entiendo, pero usted sabe, debo insistir, me come la curiosidad.
- Bueno, bueno, pero rápido ¡eh!
- Claro, le agradezco un monton.
- Si, cómo no...
(Pausa)
- Tiene usted un apellido exótico, diría que el contraste con su primer nombre es exquisito.
- No jodás, lamebotas, dame acá el papelito que me tengo que ir, ah, de paso, patéale la mano a la muchacha amordazada al lado del cadáver, nada mas para ver qué hace.
- Si, claro, con mucho gusto, Alejo, perdone por el inconveniente, que pase buenas noches.
- La puta que te parió, anda a hacerte pajas a oto lado y que no se repita! Ah y otra cosa, me vuelves a llamar por mi nombre y te parto la crisma, para ti soy solo Señor, nada más, ¿me entendés bien claro, loco?
- Si, disculpe usted, Señor.
- Bueno, se queda como advertencia, pero ¡ya sabés!
***
Detesto las confianzas innecesarias. Inmerecidas.
Comentarios
que carajo es eso, loco?
Su