CORTE DE PELO
A modo de notificación, soy una causa perdida. Eso no es tan malo como suena; soy algo para lo que no se debe luchar, visto así, da lo mismo ser una causa perdida o una causa ganada. Esa es (o al menos esa es una) la conclusion que voy atisbando.
A diferencia de Diógenes, cuando me encontraba en la plaza tirado en mi tonel de gloria, llego Alejandro a preguntarme y le dije: "Me está tapando el Sol, muévase". Pero Alejandro no lo tomó tan bien y me arrastró por la plaza entre gritos y amenazas. Yo magullado, luego, volví a mi tonel más decidido a apartarle de mi vista. Decidí, como se decide siempre, que no era importante y para demostrarlo (no que me importara demostrarlo...) me paré frente a él y desmoché la mitad de la cubierta de mi cabeza. Pelo a pelo, fue cayendo a los pies de Alejandro con su boca abiertas y su tallo sangrante. "El pecho es una tijera y el mundo es un niño solo, que no llora, que no duerme, que está cubierto de alquimia, que tiene el pecho sangrando y flota sobre la vida". Así, más al descubierto, me llegó el airecito primaveral al cuero cabelludo más descubierto y el sol, aunque no se coló por la vestimenta, se instaló ampliamente en mi sonrisa que decía: "no me importa, porque te importa a ti no me importa a mi". Me volvi a sentar entre mis cabellos mártires, con la cabeza caliente y semidesnuda y Alejandro, con un gesto de inherencia, se alejó desarmado.
Ahora que soy más normalito, no vendrá nadie a joderme, en mi tonel y quizá, por eso, valga la pena.
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Corazón de Tiza.