A3 dijo:

DEL CAOS AL CEREBRO

Después de la lectura realizada, me pongo a pensar que hasta el momento he tenido una idea bastante distorsionada de lo que es la utilización de un concepto en un proyecto o bien en un diseño.
Quizás hasta cierto punto me pregunto por qué no se propone leerlo antes.
Siempre he imaginado que todo lo que se aprende desde la infancia es de alguna manera un código que lo único que intenta es descifrar el mundo para que el hombre pueda comprenderlo parcialmente. De ahí vienen todas la teorías y de más. Pero en realidad a veces pienso que el condicionamiento del cerebro ha llegado hasta cierto punto de que nos hace creer sentir ciertos estímulos ante ciertas situaciones externas a nosotros. Y eso es lo que “pensamos” que percibimos, porque es la única explicación “lógica” que esta guardada en nuestro cerebro. Por ejemplo cuando uno saborea un limón y se dice a sí mismo “es ácido”, es una especulación de una sensación, nada más… quién dice que otra persona al probar ese mismo limón diga lo mismo tu?
Tal vez es por eso que a veces las palabras se vuelven inútiles al intentar explicar un concepto, por que vivimos en un entorno en el cual se trata de preconcebir todo para lograr un “orden”, y poder explicar lo que sucede, con el propósito de crear una homogeneidad entre lo que uno siente y lo que uno cree que siente para poder explicar la sensación a los demás.
De lo que dice el autor sobre como el arte y la ciencia llega a puntos de caos, estoy de acuerdo. Pero pienso que la filosofía llega a ser más caótica que las disciplinas anteriores, por que las contiene dentro de si.
Lo irónico es pensar que toda indeterminación matemática viene de un teorema, que se generó para determinar lo que no se podía explicar.
Por lo tanto vivimos en un mundo lleno de símbolos, o bien simbolismos que nos aturden, y nos hacen pensar que de alguna u otra manera podemos llegar a pensar o sentir igual que otro ser en el mundo. O que el cerebro de una persona asimila las cosas de la misma manera que otro. todo es parte de condicionar la mente.
A mi lo que me impresiona es la capacidad de poder pensar en algo de una manera profunda y que ese pensamiento salte hacia otra cosa que es profunda pero que quizás no tenga una relación clara con la anterior. Es ahí donde realmente me doy cuenta que las cosas que se piensan vienen de manera caótica.
Ahora bien, la pregunta de que si es el cerebro es el que piensa o soy yo el que piensa me parece genial. Porque hace unos instantes estuve a punto de escribir: “es ahí donde realmente me doy cuenta que el cerebro piensa…”, es un poco siniestro.
Es divertido ahora ponerse a pensar cuando uno dice en diseño: “mi concepto es el caos”. es como decir “no sé muy bien qué es mi concepto por que no lo puedo explicar. Pero según lo que he aprehendido del mundo que me rodea es que hay una serie de sistemas encasilladores que lo que intentan es organizar todo y que la misma teoría del caos es un sistema que trata de determinar o hacer entendible una situación que va más allá de lo que simplemente se puede describir en pasos...”
Quizás lo que se ha intentado hacer al organizar cada pensamiento, sentimiento o situación es crear una homogeneidad entre uno mismo y el entorno. Esto no significa que haya dejado de pensar que es un tanto macabra la idea de querer llegar a una unificación de todo. Si más bien el universo en sí señala hacia otro rumbo…

Ahora más que nunca creo que la consolidación de un concepto, ya sea para un proyecto arquitectónico o para lo que sea que se va a utilizar, debería ser mucho más personalizado de lo que es ahora. Y casi se podría decir que si se hace de esa manera cada cosa que hagamos en esta vida va a tener un sello único de cada uno de nosotros, por los mismos conceptos que vayamos desarrollando a través del tiempo. con esto estoy en desacuerdo con lo que señala el autor de que con la vejez la absorción de lo nuevo y de la creación de nuevos conceptos se limita. Sí creo que es más difícil, ya que uno tendrá una visión del mundo personal, pero eso también es parte del caos. Y es parte de un concepto nuevo.
El problema, creo que se genera a la hora de pensar en la personalización de algo. Porque esto conlleva a que se está asociando una situación nueva con un evento pasado, para poder generar un vínculo que nos aleje del caos. Creo que el hombre ha tratado cada vez más de simplificarse la vida para no tener que pensar tanto. Por ejemplo los no tan nuevos aparatos que se conectan a los carros y que te dicen cuales caminos tomar para llegar al lugar que quieres llegar. Si la ciudad en si como configuración es compleja, y genera una vivencia de caos, el hombre lo niega o más bien lo ignora utilizando uno de estos aparatos que son computadoras que te dicen izquierda o derecha. Lo más interesante de éstas máquinas es que si uno por error se pasa de calle toman un tiempo reubicándose para dar una nueva solución a un problema dado, una nueva ruta… tal vez lo que el ser humano trata de hacer es delegar el “pensamiento” caótico a una máquina, que no se va a agobiar por una serie de información entrecruzada que viaje rápidamente por sus circuitos.
Coincido con el autor cuando dice que es angustiante sentir que las ideas se escapan, porque lo que pasa es que uno siente que no tiene el control sobre las cosas. Pero si uno se pusiera a pensar más bien que si se trata de tener un control de cada idea que pasa por nuestra mente el mundo sería más caótico de lo que es hoy en día. Nada más imagínese lo que sería que cada idea, cada pensamiento o sensación que uno tenga, tener un recuerdo de esto. Llegaría un punto en el cual habría un exceso de información generando caos, posiblemente lo que sucede hoy en día en el campo del urbanismo.
Sin embargo, si se pudiera imaginar que cada sensación o pensamiento que uno tenga no se asociara con nada antes visto o vivido o que no existiera conexión clara entre las vivencias, o bien si uno tratara de recordar algo que ocurrió en el pasado y pero no se puede examinar si el recuerdo es real o fue un sueño, es ahí donde el cerebro entra en un punto superior de caos. Es cuando el cerebro pasa de ser parte de uno, y casi se podría decir que se burla de uno. Quizás es ahí en el punto más caótico y más misterioso del cerebro, donde uno no sabe si “soy yo el que piensa o es el cerebro el que piensa”.
De cierta manera el cerebro puede decidir que información soltar y cual resguardar en ocasiones determinadas.
¿Cómo no pensar que es posible que el cerebro esté dominando el nivel de caos que entra en la vida de cada uno de nosotros?
Y, ¿cómo, o con qué experiencia, el cerebro decide tales cosas? Pero más aún, ¿por qué lo hace?

Si se quisiera hacer una investigación notable de esto se podría pensar en poner en aislamiento total a cierta cantidad de niños desde su nacimiento. Claro está que el experimento se vuelve un poco complicado al ponerse a cuestionar como sobrevivirían los niños, pero talvez se pueda crear un mundo o ambiente ficticio hasta que desarrollen un poco. Otra cuestión sería que con qué criterio se escogerían a tales niños. Pero dejando a un lado estas pequeñas complicaciones científicas, sería interesantísimo imaginar si los niños desarrollarían una nueva manera de comunicación, o ver de qué manera se asocian entre ellos, cómo empiezan a excluir a algunos, o se verían quizás ciertas preferencias de algunos hacia otros. Claro que todo lo que me estoy imaginando proviene de un pasado ya estudiado, llamado historia, y experiencias que me hacen pensar que los niños reaccionarían de tal manera o de otra, pero puede que esté totalmente equivocada.

En fin, cuando termina hablando de la no ciencia y el no arte, para poder entender la existencia misma de la ciencia y el arte, llega a un punto de encuentro. Es como hablar del yin y el yang, como opuestos y complementarios.
Es claro decir que sin caos no habría existido necesidad alguna de ordenar las cosas tal y como lo hacemos hoy en día.

Sigo pensando que todo depende desde qué punto se vea.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós desde nuestro Boletín

Bienvenido a Gugacheck.com !