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Mostrando entradas de octubre, 2008

Morir tratando

Con el espiritu de hacernos sabios, de decir lo que decimos, llego al punto en que lo que digo debe ser mio. Ahondemos: no tuyo, no de él o ella, no de Pepito Perez, mío. Pero que es mío?No importa. Alguien una vez acerto al señalar lo absurdo de las explicaciones, de lo elemental del porque si. En otras palabras, compays,  to be for the sake of being , eso, asumiendo que se acepte el peso angosto de ser. Asumiendo que se acepte que ser no es el antónimo de (o posee parentezco alguno con) el anonimato, la huella, el legado, o los libros de historia. Cierto, tal vez nadie publique nunca un libro de mi vida, (por que alguien habría de hacerlo?) tal vez no se me cite en las revistas de vanguardia ni merodeen en youtube videos con mis entrevistas, pero si alguien quisiera, a falta de dedos de frente, resumirme en un epitafio o una introducción, pueden llenarse la boca, sin lugar a dudas, y sin aproximados que fui quien intente ser y si no lo fui morí tratando.  Eso amén del cansancio que m

Decoración de Interiores

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Mi perra se merece una licenciatura en decoración de interiores. Todas las noches acomodo su colchon, que es su cama, a la par del mueble del televisor, detras de la mesita de la esquina del sofa pequeño, paralela a las paredes de la sala. Todas las mañanas amanece diagonal, de frente a la escalera en el mismo lugar. He estudiado cuidadosamente el fenómeno, porque ella es incapaz de redecorar la sala en mi presencia (sospecho que no quiere herir mis sentimientos), en cambio, espera a que suba al cuarto y apague las luces de la casa para - como un topo - en la oscuridad instalar el chick-moderno-art-deco-palmespringuista en mi living. Hoy me di por vencido, supuse que en eso de decoracion quiza me falte el toque femenino que ella posee como buen complemento canino. No le movi el colchon, apenas pase el suifer a su lado y ella como adivinando mi actitud me observo sin inmutarse con los ojos enormes pendientes de su  je ne sais quoi. Asi, y recordando otras hazañas de las cuales no me ten

Yisus

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yisus Todos sabemos cuanto le gusta a Cristo que lo anden crucificando por ahi. Es, digamos, otro orden de cosas, un parentesis en la pauperrima realidad de los anales. yisus Y la boca se llena con la fonética antigua del nombre, del hombre, de la camiseta estampada. Si Cristo volviera hoy con una boina guarapeteada y una estrellita de mierda, imponiendose al yugo malhechor de las miradas le golpearian los cachetes los índices, le rebanarían la barba y le encasquetarían una chaquetica con lo codos bordados, y un taibol-tent que dijera Yisus Jimenez, u O'Brian o como muleta le anduvieran atando los cordones de los zapatos, cambiandole el vino por agua y matandole a los leprosos. Por joder. yisus Tendria que pedir dinero prestado, y pasar pena para no devolverlo, le hubiesen sacado, de fijo, un par de dientes con la bromita esa del rico y el camello. Seria una piltrafa con la autoestima en terapia y el milagro en el psicoanalista. No hubiera ganado ni una mamada de lastima en la escu

Suben

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He descubierto que los niños que montan bicicleta en mi barrio no bajan de peso, en su defecto suben. Se acercan lentamente a las señales de pare (o de estop) y viendo mi coche sin dignarse a voltear el cuello ceborréico pedalean frenéticamente en pos de no se qué, pero hacia la parrilla del piloto atónito, inocente, casi violado de su derecho de via. Y asi se mueven por mi barrio los engendros estos, deconectados de la gravedad de sus costados. Con las rodillas intactas, y el sudor entre los pliegues de los dedos, de la ropa, del manubrio. No paran ante mi coche, no sueñan con SuperMario, no abren huecos en las puertas de los baños, no se lanzan cuales freesbees  a los perros, no piden caramelos, no bajan de peso, en su defecto suben.

Mercado

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Te muerdo si te acercas a mi diciendome que Saturno no esta en mi casa, que tengo que tener cuidados con los gisopos y con cagar fuera de la taza, que mi piedra filosofal tiene mal de amores, que esta perdida la gravedad de la guerra entre la sal y la escalera.  Te muerdo si te frotas el pecho diciendo que impulsas hacia mi mucho amor, que me conoces y que estamos conectados, que todo fluye hacia mi y desde ti y que no pisamos mierda sino que la mierda nos pisa a nosotros.  Te muerdo si me mandas un email, si te sacas las cejas y me tiras los pelos, si te pintas los labios y posas con los brazos abiertos. Te muerdo, te lo advierto, si no sacas la pata de entre los rabos, Walter, si no te compones como buen cristiano, si no toleras mi condescendencia, si no te escondes, para siempre, bajo una piedra. Te muerdo si te conservas en formol en el mercado, jurando que todos los sábados son gigantes y que todos los primeros son impactos. Te muerdo si no entras por el aro, te muerdo, te arranco
Que quede claro: estoy harto de no decir que me estorban las excusas. Yo, por ejemplo no pongo demasiadas excusas y vivo relativamente bien. Ahi esta, lo dije. Lo de las excusas y lo de vivir bien.  Estoy cansado de disculparme por ello. Y asi, inicio con este post, el blog. Y por cierto, harto de la huevonadas de la gente que, como muestra me roba los dieciocho primeros nombres en los que pense para este sitio para no haber escrito desde septiembre del dos mil cinco.  No eres nadie, yo si soy nadie, y como tal ya notarás todo el desdén que conservo para ti. Entonces, se acabo la inercia, se acabaron los títulos, la toqueteadera y la borradera de cookies. Como brindis, me cago en las excusas y en los excusados. Resulta que la vida es muy majadera y muy socarrona para estarsele escondiendo y no decir y pensar que se dice.  Y si alguna intención tienes de incrustarme gramáticas y ortografías, piensalo dos veces, y tres y cuatro. Te lo repito: me estorban las excusas, ya se me caen los oj