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Mostrando entradas de noviembre, 2005

waiting room

Son las siete de la mañana y la sala de espera es una escuelita llena de pioneritos, con pañoletas azules y pupitres mal calvados. Afuera el frio arrecia y el aire es casi tan blanco como las paredes adentro. Hace un año que escribía acerca de bufandas naranjas deslizándose por la calle y la garganta y hoy estoy mal sentado en un sillón de nylon mirando fijamente hacia el botón de on/off de un televisor anónimo. Las caras largas me rodean. Mujeres con las narices rojas y los cuellos largos, adolescentes arremangados en los sofas contando los segundos. Se puede deslizar suavemente un cortauñas por el silencio que se impone aun por encima del ruido de la tele. Soy un hombre, lo he comprobado. Podría ser una niñita llorona y aun sería un hombre. Me he puesto la cara dura y he dicho que todo esta bien, que hay que dejarse de pendejadas. Después de un par de dias en esa posicion, me acalambro en una sala de espera, quemándome las retinas con el blanco de las paredes. He probado a ser de tod

aquiles

El hombre se puso de pie después de un largo período de autocompasión. Los demás hombres, a su alrededor, se apuraron a ofrecerle las manos a modo de bastones. Era de noche y el hombre estaba cansado de haber vivido larga y tendidamente a la sombra de días largos frente a un mundo protegido siempre por un cristal empañado. Ahi se le alargó la cara hasta el cuello, empalideció y sudó quemando su camisa de dormir. Le dolía el pecho y la espalda. Los demás hombres, a su alrededor, pasaban las manos de los bolsillos a los codos. Ver al hombre ponerse de pie tan de ppie como se puso después de su letargo de calma y sopor fue impresionante y hubo quien admitio que no atinaron a hacer nada. El hombre, que hasta ahi había sido el nene, se puso de pie, intentó caminar, se detuvo al borde del abismo infinito que representaba el próximo paso y se quedo sostenido por esa posicion viril de los admiradores de John Wayne. Sudando y respirando fuertemente extendió los brazos hacia los costados como es

pequeñas revelaciones del artista hambriento en una de sus ultimas noches de otoño lejos del eden (o en la acera del paraiso)

Un par de días de mierda, coronados por la magia mística de toda la basura de los demás. El trabajo, mal. Los estudios, mal. El diseño, mal. Los amigos, mal. La música, mal. Estoy tocando a media luz en el bar de los miercoles. Hay tres personas poniendo atención, los demás miran fijamente el fondo del vaso preguntándose como puede caber tan poco en un vaso medio lleno. Me pasé la entrada, el solo no suena. Termino. Hablo de mi, de ella, con ella. España es un lugar bonito, donde se odia todo lo que pasa acá. Odiamos juntos por un par de segundos. No sé decir nada más inteligente que "estoy de acuerdo". Fuck it all, fuck off, fuck this shit. "Vosotros, en Barcelona la teneis hecha eh! Pensadlo bien!" La miro a los ojos tratando de distinguir su color entre la música alta, mi falta de anteojos y el alcohol y la hierba en la sangre. Me rio. Se ríe. Hemos tocado mal al final de unos días de mierda. Más tarde me dirá la dueña que la ha dejado hasta su gato y yo le daré

cuarta muerte

La muerte siempre es dificil, le dijo ella en un suspiro. Él la tomo de los hombros, y esperó a que le viera directamente a los ojos, luego, en el tono más solemne que encontro le confesó que nunca supo qué decir cuando se muere alguien. Está bien, dijo ella y cambió el tema. Él siguió inmóvil pensando en la muerte. Todo a su alrededor se moría lentamente y él lo sabía, estaba claro. Desde las varias perspectivas que tiene todo, el mundo entero se moría. ¿Qué diferencia había entre el cadaver en cuestión y él, que se aferraba a ella por los hombros casi haciéndole daño? Esas manos secas penetrándole la carne le molestaron brevemente a ella. Había intentado bromear con otra cosa, alivianar un poco la muerte honda que se colaba por el lugar. Dos personas en una funeraria, mirando un cadaver que parecía ser el más vital del encuentro. Lo que pasaba se les hizo un destello en ese eslabón que habían formado y se hizo el silencio. Eventualmente él la soltó, le dio el pésame diciendo que lo s