Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2009

Victo Manué, tu no sabe inglé

Me pasa constantemente que no distingo entre el español y el inglés. Puedo estar inmerso en una lectura  y saltar a un comentario en inglés y no notarlo, seguir leyendo como si fuera mi lengua natal. Lo mismo de la otra manera.  En la tele, he tenido que hacer conciencia y perderle el hilo al programa para notar qué idioma estan hablando. Entiendo, simplemente entiendo asonancias, etimologías, acentos, modismos... Eso me asusta un poco. Ese mimetistmo obsesivo, esa necesidad inconsciente de no perder la minima palabra, el mínimo significado no puede ser normal. Poco a poco al ganar idiomas, iré perdiendo el mío, comenzaré a mezclar palabras y no sabré si "maybe" se decía en Cuba o en Tampa.  Mientras tanto, a bofetones, me olvido, sobrevivo y me obligo a arrugar un poco el oido, a traducirlo todo aun siendo innecesario. Pero eso es por ahora...

Evidencia

Una reflexión rápida acerca de mi estadía en Canada. Siempre me ha resultado curioso (y últimamente más) la evidencia de algunas cosas por la falta de otras, como por ejemplo la falta de rellenado gratis de la Coca Cola en Canada contra el exceso de rellenado gratis en USA, la falta de pintura en las autopistas en Canada contra la pintura en USA, el frío contra el calor, la falta de prepotencia contra la prepotencia, etc.  Mañana regreso a Tampa y abro los ojos grandes, abro la vida y abro las calles que me esperan. Un hombre grande va a pasear por ellas. Hace tiempo me dieron el buen consejo de que si no tengo nada constructivo que decir no diga nada. Entonces, por ahora, no digo nada.

Derredor

OK, unas cuantas palabras acerca del hombre multimedia, multifacético y omnipresente del siglo XXI. Algo bueno debemos haber hecho si somos capaces de estar en Miami por la noche, en Tampa por la tarde, en Gainesville por la noche, y al día siguiente pasar por Atlanta, New York y Canada. Ya se que hay mucha gente acostumbrada a ese viajetéo, pero es quizá por mi lejanía nomádica que soy capaz de asombrarme por ello. Nada, anoche estuvimos en Toronto, hoy no fuimos a Niágara por la nevada, mañana ya veremos. Presiento que moverse y compartir, llevar y traer se irá haciendo más facil y quizá un día la gente no tenga que, irremediablemente, despedirse llorando en los aeropuertos, cargar todas sus guitarras con alambritos, dejar cartas largas de despedida escondidas en los libros y decir sin amargura alguna "nos vemos luego". Es decir, ya se que estamos matando al mundo, todos los días un poquito, pero miren cuánta vida ha salido de esa misma muerte!

Hamilton, Ontario, 8:00am

Imagen
La nieve merece varios adjetivos: mojada, fria, brillante, abundante, embarazosa, resbalosa, sorpresiva, pegajosa, inconveniente (conveniente), etc. Hoy estoy en Hamilton, Ontario, un pueblecito canadiense que se viste con colorete por las mañanas, donde la gente se pasa sonriéndo. Bueno, no se si me sonrien a mi por el exceso de abrigo, ellos, tan acostumbrados al bajo cero que con un jacket nomás tienen pa'ir tirando, ellos que ya ni advierten su aliento frente a si, ellos que, a veces, ni guantes usan los muy orates...  En fin, Hamilton despertó hoy y yo con él muy tempranito y vi, lo que hacía años no veía: gente en la calle, caminando, esperando el bus, bajándose de él, saludando a sus amigos, gente como estampida cruzando la calle, cada grupito de gente con una nubecita de vaho encima y me sentí, como hace tiempo parte del mundo, un copito en la nevada. Regresé al anonimato rodeado de gloria, me gané sonrisas obligatorias, g'mornings escandalosos y bajones de cabeza, fui