UN LAPSO

A los cinco minutos, ella me dijo que eran una lástima mis años. Que seríamos imposibles de traducir. Enmendarse sería cada vez más dificil. Como si el tiempo pasara.

Cinco después, se supo que la seriedad del verbo sopla velitas periódicamente y se quema.

Se quema, se quema.

Poco después fue obvio que mis siglos de desventaja se habian acumulado en sus costados como vitrales. Y, a falta de terrazas, hubo ventanas; como si el tiempo pasara.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós desde nuestro Boletín

Bienvenido a Gugacheck.com !