COMEDIA

Así, estábamos en la esquina decidiendo qué hacer con el resto de la madrugada. ¿Quién no sabe de risas y banderas? Ir a comer, una película atrasada, caminar, ...
Él apareció de repente e, inmiscuyéndose en la plática, lanzó bromitas. Bromitas como él, oscuros, indeseables, de ojos abiertos. Todo para pedir dinero. Sin embargo, fue notable su honestidad. Bueno, era honestamente amable.
Carajo, yo soy un tipo bueno, en el fondo, muy en el fondo, dónde no se ve, soy un tipo bueno. Bueno, es decir, nunca hago nada criticable sin algo que me exima, como aquello de robar libros por que en sí, no es robar. Esa planificación al hacer "maldades" me justifica. Soy bueno. Pero me lo escondo. Qué lindo es jugar a tridente. Ir pateando gatos negros por la calle y enseñando uñas y colmillos. Sin tener que morder o arañar.
Será por eso que revisé mis bolsillos y encontre dos centavos mal puestos, le miré y le dije que no tenía nada. Hice un escándalo con mis llaves como para que viera que el bulto en mi bolsillos era solo eso: llaves. Miré a quiénes me acompañaban, valgo dos monedas minúsculas. Él, serio, inaceptable, pendiente, dijo que estaba bien, que entendía. Se fue cómo vino.
¿Soy bueno? ¡Si yo cobré hoy! Para mi es papel, para él es vida. Y qué diría Martí si me viera ahora, no es lo mismo robarse un libro que robarle los pasos alguien más. ¿Hay cosas malas, pero cómo me explico ésta? ¿Y a mi qué me importa que se vaya a fumar los cinco pesos que le dé? ¡Si se los di y eso es lo que cuenta! Que tengo derecho asi a patear gatos, porque en el fondo soy un tipo bueno, y eso lo sé yo. Pero no le dí nada, en cambio me encogí de hombros y lo vi pasar como a quién le niegan el mundo.
Y qué facil era correr: hey viejo! espera, era broma, acá tengo algo, suerte con eso, somos hermanos, ya ves, yo paso hambre contigo si quieres, no soy, no me confundas con un tipo malo, de esos que hablan de ti cuando te vas, de esos de chistes pesados y sonrisa de almidón; yo he vivido y llorado, como vos, y me jacto en secreto de ser sensible... pero no corri ni hablé, en cambio me quede alli parado, con las manos en los bolsillos sintiendo la billetera crecer y viéndolo caminar. Con cara de idiota de manos en los bolsillos. Con bolsillos de manos en los bolsillos. Alejo, sos un pedazo de mierda.
Aunque él dió la vuelta y le di unos cuántos dollares que me pesaban y me dolían ya, aunque dio las gracias y se le abrieron la fosas nasales al sonreír, aunque salvé mi coartada del tipo malo con fondo bueno, no dejo de ser un desperdicio. Lo tuve que pensar demasiado. Yo mismo no me tiraría un dolar de verme tirado en un caño.
Me he arruinado la noche.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
That made me think a lot.

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