VISITA

- Buen día, señora

- Buen día, doctor

- ¿Qué le duele?

- Todo, ha sido horrible (mueca indescifrable en la comisura de los labios)

- Bueno, yo le ayudo, para eso estoy, empecemos por el principio.

- Ok, siendo así, el cuello, creo que si (indecisa), el cuello. Me duele.

- ¿En ambos lados?

- Si, por qué no...

- Déjeme reconocerle...

- Ay, ay, ay! coño, duele!

- (Asustado) Es severo el asunto. Cuénteme del accidente.

- ¿El accidente? ¿Qué accidente? Ahh, sí, ese accidente... (Breve pausa. Salen al descubierto todas las impurezas. Estalla en risas despampanantes. Se revuelca, se agarra el estómago, verde, azul, roja, finge la tos salvadora.) sí, disculpe, yo era quién conducía.

- (Desconfiado) ¿Cuándo sucedió?

- Quién sabe! ¿Se puede apurar? En media hora empieza mi novela.

- Claro, entiendo, nada mas su firmita acá, con esto me lavo las manos y se va usted en paz. ¿Estamos?

- Claro Doc, ¿y graciah no?

***

Confieso que en algún momento de la traduccción le perdí el hilo, o el interés, pero si no sucedió asi, así debió haber pasado.