ALMUERZOS

Que una vez llegue a tu casa a almorzar con mi vistosísimo pulover del Che. Él estaba ahi, manejándose a todas luces por tu sala.

- Ese tipo era un asesino, escoria pura, escuposobresutumbayquesepudraenelinfierno.

Tu te paraste ahi sin querer tomar un bando. Los bandos: el mío o el mío, ambos bien definidos.

- Mire (sin dejar de comer) pasa que sus opiniones amedrentadas me tienen sin cuidado, que las personas que de verdad hacen una diferencia no tienen Versacedependencia, que sus gargajos, verdes, saludables, sirven de estiercol, verde, saludable, para generaciones revolucionarias, verdes, saludables. ¿Sabe usted qué significa esa palabra? No importa, que no escojo un lado? Se equivoca, estoy de mi lado, no del suyo, no del de ellos, sino del mío. Que yo uso lo que yo quiera, como yo quiera y cómo yo entienda. Que usted, esta muy bien en su derecho de tener su opinion, al fin, pero que esa, poco importa porque los cobardes son cobardes en la vida como en la muerte. Que los hombres no se hacen a escupitajos, no; que los hombres, los dos o tres que conforman la historia nacen y van a nacer aunque no se les llame. Van a nacer aunque usted insista en formar parte de su estirpe. Pasa que muy "tarantiaoliverianamente", nadie es inocente, y mi amigo de boina y barba es solo mi amigo de boina y barba, vendible, warholiano, uniformado, apasamontañado, encojonado. El Che, sin importar lo que diga su raza derechista-miamense, será siempre el hombre que compartía una lata de leche condensada con todo el regimiento porque "o comemos todos, o no come nadie". Yo en su lugar, me cuidara de desperdiciar las escupas por ahí.

- Ultraje, ultraje, me voy.

Se fue. Tu te quedaste y comentaste algo a mi favor más por obligación que por convicción. Eso fue entonces, me encabronó, si, pero lo que me encojona hoy es que digas con un chispazo tampeño en los ojos que fue un espirituano el que atrapó al Che en Bolivia.