SUEÑO

Corría por el pasadizo que, naturalmente, debe aparecer en todo buen sueño sudoroso cuando dí con una puerta metálica (como esas del patio de todas las tías del mundo). ¿Y ésto qué hace aquí? La empujé con el dulce tacto del óxido en la punta de los dedos. Chirrió y abrío el mundo. Adentro (o afuera) estaba la calle malva oscura, luces de neon mal puestas y las ruinas de la lluvia aun en los charcos secos. Yo conozco esta calle, yo sé adónde ir.
Cualquier bar me sirve para encontrar a S. con sus amigas riéndo y derrochando excesos. "Hola, soy yo! sorpresa, no sé cómo estoy aquí, pero aquí estoy". S. no se levanta ni me abraza frenéticamente jurando que no hay nada mejor en el mundo que los amigos, especialmente un amigo como yo, en cambio dice "hola" y se lleva la cerveza a los labios, esconde la mirada y sigue hablando con quién sea. Yo no quepo en mí y le jalo de la manga, "carajo, que no me ves? aquí estoy! no vas a hacer nada?"... "ah, si! ya te vi mae! sentate. No seas llorón!". No sé por qué llegue a la calle malva. Y hablaban de la Amargura!
Me voy del bar, pero la calle ya no está más y el trillo hasta la iglesia empieza en el mismo umbral en donde estoy. Hay tremenda algarabía y todo se mueve en cámara lenta. Alguien que conozco (y no recuerdo quién es) me toma de la mano: "vamos! llevan rato esperando por usted! adónde estaba metido?". No sé reponder, pero le sigo obediente. Ya quedó atrás el malva y el bar y S. en su euforia camuflada. Ahora todo es desorden y hay un hombre con lazo en el cuello y muchachas de rosa. Llego hasta el cuarto adonde me llevan y veo a Ch. vestida de novia. "¿Pero y ahora? con quien te vas a casar?" Se encoge de hombros y me señala su vientre hinchado con una sonrisa tímida y yo caigo de rodillas y acerco mi oido a él. Abrazo su interior con todo el ancho de mis brazos que se van quedando cortos poco a poco. Al mirar hacia arriba, ella se sigue maquillando, alistando...(yo qué sé?) y le suelto un "Hola" tímido. "Chito, no pierdas más tiempo, hay que acabar con ésto", se va al mostrador (su cómoda coqueta) y saca un cuchillo de carnicero (como el de aquel otro sueño viejo) y me lo da con todo el protocolo del mundo. "Tu eres en el que confío... bla bla bla". Sin saber por qué, ajusto el cuchillo en su vientre mientras ella se desvanece con los ojos cerrados y un "gracias" apagandose.
Luego quedo yo blandiendo el cuchillo en un escenario de luces rojas y la gente grita "Hammer, hammer!!". Levanto los brazos en una actitud castrista... voy a hablar.
Despierto y hasta ahí llegué. Qué ha pasado?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
ojalaundiasoñarasconB.
Anónimo ha dicho que…
me sonó como una versión moderna del famoso redrum...
Anónimo ha dicho que…
listo! cumplí! leí todo lo que te debía.
Anónimo ha dicho que…
que depresion! desaire! oscuro! desvaneciendose poco a poco en un cierre de pestañas! HAZ ALGO!

Entradas populares de este blog

Adiós desde nuestro Boletín

Bienvenido a Gugacheck.com !