RESPUESTA

OK, dejáme contarte, ya que me lo preguntás, qué sido de mi en este tiempo. Creo que aun vivía en Centroamérica cuando hablamos por última vez. Pues ya no, vine a estudiar al norte. Inutil es caer en discusiones políticas, asi que dejémoslo ahi, estoy donde estoy y ya.
Claro que de eso ha pasado algo más que un año ya (y qué fácil se dice un año!). Y me tocó llevar a cuestas el sol, el idioma, ser extranjero por segunda vez, la casa, el odio arcaico, y ocasionalmente, también un frío que era nuevo para mi. No me estoy quejando, lo hice todo porque asi lo quise; aunque debo confesarte que si me quejo a menudo, pero eso, ya sabés que nació y se muere conmigo.
Estoy estudiando, si, todavía. Vivir, en fin es estudiar, no quisiera encontrarle otro sentido a la existencia. Y recuerdo la enseñanza magna de las diez mil formas de no inventar una bombilla, más de la cuenta.
Mi familia está, a grandes rasgos, igual. Claro que todos hemos cambiado muchísimo, pero el núcleo, las jerarquías se mantienen. Nosotros, los muchachos, ya no somos tan falderos, quizá ese sea el cambio más relevante, pero eso no te intereso nunca, ni a mi.
Sigo haciendo música y aunque estuve largo tiempo sin sentarme a escribir una nota, de vez en cuando tengo días en los que siento recuperar un poco el tiempo perdido. Me salen dos o tres canciones estancadas de un solo movimiento, y ahí me siento, hago maquetas, grabo versiones preliminares, las saboreo un tiempo hasta que esten listas para la luz. He tenido graves problemas para escribir en inglés, no me resigno a cambiar mi idioma, te confieso que aún no sé que pensar de eso. Supongo que aqui es donde pongo a prueba qué tanto influyen las palmas en la música que profeso. Si bien hemos cosechado y evolucionado en temas viejos (que, dicho sea de paso, tenés que oir), la banda y los dos o tres gatos que nos oyen regularmente nos piden un cambio en la fonética. Y yo, aún no llego a ese punto.
También hace tiempo ya que no me lleno de pintura tratando de hacer un hombre azul. Es decir, no tengo ni acrílicos, ni pinceles y eso, quizá lo resienta un poco más, por lo delicado de mis propiedades plásticas. Pero mi habitación sigue llena de imágenes compuestas por mi. Fotos, diseños: estoy al casarme con Photoshop, ya verás algún día. En todo caso, hace mucho que no veo ningún cuadro mío en la pared de alguien más, o expuesto en un café de la bohemia. Hay una tendencia aca tan horrible a llevar el arte, irremediablemente, a lo decorativo que me frena siempre.
En otras, C. está en España, y su feedback es bueno. Tal vez si nos encontremos por el viejo mundo después de todo. Pero supongo que eso también reponde a mi pregunta acerca de tu obra de teatro como parte de su grupo.
Tambien, A. ha tenido un hijo, así como M. y de vez en cuando siento la urgencia animal de sentar cabeza, de dejar de rodar por ahi, encontrar una mujer, casarme, reproducirme y vivir feliz para siempre. Mas no te asustes, me conoces bien, me sobran las razones.
En fin, ya he saciado tu curiosidad. Es bueno, de vez en cuando, redactar una carta como el viajero ausente que responde y cuenta de sus aventuras. Yo Ulises, yo Marco Polo, yo el Principito y tu, escribe pronto, vale?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hey al chile, ¿hace cuánto no haces un dibujo sin ayuda tecnològica?

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