SUPERHEROES

Hoy leí un post viejo. No era mío, era de alguien más que no conozco. El tema: los superheroes. Marvel y DC Comics se han empeñado en hacer películas de bajo presupuesto o de presupuesto exagerado y en revivir a nuestros heroes de la infancia. Me arriesgo a decir NUESTROS por tener la certeza de pertenecer ya a una generación común que se sentó frente a la tele al llegar de la escuela para babearse por los Superamigos o por los X-Men; todos coleccionamos las postalitas de Marvel y en algún punto de nuestras vidas infantiles intentamos reproducirlas fielmente en un block rayado. El post que leí hoy acusaba a estas empresas (Marvel y DC Comics) de haber perdido contacto con la escencia de los personajes representados. Que Batman perdía cada vez más su carácter sombrío e intenso para ser un payaso encapotado imitador de James Bond, que Spiderman (Peter Parker) nunca fue tan looser como lo retrata su triología, que se le da más fuerza a los villanos, que qué suerte que aun no han sacado una peli de Superman.
Y al preguntarle a mis camaradas de postales, la respuesta no varía demasiado: "Viste las películas de X-Men? son una mierda, no hay suficientes efectos especiales y no han incluido las cosas más importantes de la serie o del comic; adónde están los Sentinelas...? los personajes no son fuertes, no lo suficiente, el elenco está por el suelo..." Peor aun, en la tele, los remakes de nuestras series favoritas nos dejan pasmados. Los dibujos atractivos, la musculatura de nuestros alteregos cósmicos se ve reducida a un anime occidental mediocre. Nuestra Titania (Rogue) de ensueños de pubertad resulta una parodia de lo que quisimos, ya no hay vitalidad alguna, no hay rebeldía en las acciones de los defensores del planeta, sino una actitud submisiva ante un sistema mayor que absorbe vorazmente todo lo que toca; llámese Hollywood, llámese guerra, llámese capitalismo... Y conforme avanza el tiempo, la decepcion en el incosciente colectivo tragapalomitas crece: The Punisher ya no es el tipo rudo y amenazante sobre una moto, Daredevil no asombra a nadie ni se simpatiza en los rascacielos con el mundo, Electra tiene más hormonas que ganas de combatir el crimen, el gran Hulk resulta un insulto por dejarse barrer por todos lados como un trapo viejo, de Spiderman ni hablar, Blade, el gran cazavampiros que buscaba a Morbius confundido bien podría ser publicista de Hummer, Batman es una caricatura de sí mismo, Wolverine es un exconvicto egocentrista mientras que Cyclops es un niñito de mami y papi que en nada se asemeja al protector del orden intachable de su version anterior (y Jean es su golddigger)... Ya he escuchado a varios decir que no vuelven al cine a ver una pelicula de Marvel o DC Comics (y ni hablar de Capcom, nuestro Judas Iscariote).
Bueno, si bien he sido testigo de un par de fiascos taquilleros y estéticamente reprobables de los dos gigantes de nuestras imaginaciones (again: Marvel/DC Comics) no se puede dejar de ver la realidad desde un punto de vista menos subjetivo. Hace un par de días fui al cine a ver el estreno de los 4 Fantásticos y aunque la pelicula no me clavó en el asiento ni me sacó las lágrimas o me hinchó las venas con adrenalina ni quise salir encontrando rastros del Dr. Doom, no estuvo totalmente mala. La razon por la que digo esto es por el niñito que, a mi lado seguía gritando emocionado cada vez que la Mujer Invisible, se hacía, de hecho Invisible. Sus padres estaban más ocupados en la silueta de Jessica Alba, pero el niño aun se emocionaba cuándo Johnny (The Torch) prendía fuego al chasquear los dedos.
Salí del cine convencido, no supe bien de qué hasta leer el post que motivó este otro. Ya sea que lo queramos ver o no, Marvel no ha cambiado; Spiderman sigue siendo un tipo que se balancea por los edificios y se repite la frase "con gran poder viene una gran responsabilidad", Wolverine aun tiene un esqueleto de adamantium y Batman sigue consiguiendo mujeres por su batimovil. Será posible entonces que seamos nosotros? NUESTROS ojos los que ven las cosas más fríamente, que los superheroes verdaderamente sumisos no sean los de la pantalla sino nuestro propio sentido de la decadencia y la mediocridad?
Para hablar de Superman, el superheroe por excelencia, en este contexto, tengo que citar irrevocablemente a Kill Bill 2, la película de Quentin Tarantino y Uma Thurman. En la escena en la que al fin Beatriz encuentra a Bill y se prepara para darle muerte, él hace un comentario acerca del heroe de Metrópolis. Repara en como todos los demás superheroes tenían que disfrazarse para salir a combatir (Bruce Wayne debe disfrazarse para ser Batman, Peter Parker igual para ser Spiderman, Logan para ser Wolverine y Scott Summers para ser Cyclops), en cambio, Superman tiene que ponerse un disfraz para dejar de ser Superman, para convertirse en Clark Kent, la imagen de la mediocridad y el conformismo pero que pasa por normal, que pertenece al medio y a la multidud.
Será que hemos nacido con esa imagen del mundo de la justicia y del equilibrio social tan arraigada que nuestro tiempo actual nos parece un disfraz detestable: la máscara son las películas nuevas, el mundo no es así? O será, en cambio, que la careta nos la hemos puesto tantas veces, tratando de ser normales, de no ser mutantes, de no volar, de no disparar con los ojos, de no ser kriptonianos, de rechazar el sentido arácnido que se nos vuelve imposible saltar en el asiento hoy, como lo hicimos entonces, al ver a la Mole destrozar un camion o al ver a Batman estrenar su traje?
Lo triste del asunto es que nosotros, los tragapalomitas, no vamos a dar con la respuesta, no como un todo, no. Seguiremos escribiendo posts acerca de la traicion de la cinemateca del comic, ellos siempre estarán equivocados y no entenderán jamás la escencia del superheroe, no como nosotros que la tenemos grabada con tinta indeleble en las entendederas y en la forma de actuar cotidiana.
¿Verdad?

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