CRASH

Verá usted, no sé por qué tengo esta necesidad tan implacable de explicarme. De explicármele tanto a usted que tan poco me lo pide. Pero lo que ha sucedido no ha sido otra cosa que un encuentro casual de destinos. Usted cree en el destino? Porque yo no. Es decir, que lo acontecido no va a salir en ningun diario. Quizá algún incauto vampiro de vapores se atreva a hacerle parodia panfletaria, pero nada, de entrada le advierto, en este día ha sido de importancia.
Y no queda nada que hacer, que no sea salir a la calle en un día perdido, con esa sensacion de que nadie, nadie en el mundo tiene nada que hacer. El día peor inmundo fue el día que no importaba, no? no dice asi la canción? como sea, me reservo el melodrama para otra ocasion que lo amerite más. No pasa nada, se lo aseguro. El hecho de que no haya devueldo un "bien" radiante a su pregunta no supone un "mal".
Trate de entender. Un día uno se despierta, se toma el café y sale a la calle, un avión se cae en Canada sin matar a nadie y entonces llega la certeza de que nada puede pasar ese día. Una sensacion de inmortalidad de veinticuatro horas que es menos exitante de lo que se podría pensar. Y cuándo dicen los parlantes que "nadie se va a morir, menos ahora" arremete toda esa tristeza que se acumula en la punta de los dedos, ese estadío tan inefablemente sombrío del espíritu humano que cualga del techo y del cielo cayendose siempre sin matar a nadie.
Usted bien sabe que no soy malo, no escencialmente. No quisiera seguir creciendo en un mundo en que la muerte se cuelga del árbol atrapada. Eso, claro está, a fuerza de libros y fábulas ininteligibles. Un mundo anciano de control de natalidad e ideas retrógradas que da vueltas sobre sí mismo y sobre las vueltas que ya dió. Es necesario, no me lo discutirá, darle paso a los nuevos ímpetus, aun si eso significa caerse del cielo en un avión y romperse el alma contra el suelo. Se imagina a los bomberos azorados sacando a tantos sobrevivientes malheridos por la vida? Y creo que ese es el punto, la vida no debe tener el poder para herir a nadie, para eso la muerte en su rincón tan bien ganado, tan mercenario y tan poco negociable.
Un día que no esta mal, pero que no esta bien. Un día suspendido en el aire, sin caerse, sin subir, sin viento a favor ni en contra. Un día en el que ni usted ni yo existimos. No sería dulce no existir por un rato? pero perder la conciencia, nadie quiere saber cómo es el mundo en su ausencia, y en todo caso, que el mundo resulte un lugar tan inofensivo y aburrido es un insulto. No cree? Yo si creo.
Y bien podríamos seguir andando para llegar a leer la historia del hombre que tiene mil caras sucedáneas. O ir a colgarnos de un puente con la sabiduría de hierro que un día, un solo día en la vida, nos ha daddo. Pero eso sería una mentira infelíz y sería una errata de la suerte que todo saliera tan pacíficamente entre los hombres. Y yo se bien lo que quiero, anticipándome a su comentario, pero eso no es un entumecimiento mudo y pobre, no es caerse de un avion y rebotar como si la vida fuera un juego de niños, no.
Usted podrá entenderme bien, usted que ha caído tanto como he caído yo y tanto golpe y tanta abolladura tiene. Y si isaber, que si nos matamos mañana en un accidente aereo no nos mata de veras no puede quitarle el sueño, no sé por qué tengo esta necesidad tan absurda de explicármele a usted que tan poco me lo pide.