NOTICIERO

Un hombre se levanta en la mañana con mil cruces a cuestas, como cualquier otro hombre, en cualquier otra parte del mundo. Su familia duerme aun y el sueño impúber de sus hijos le aliviará prontamente la jornada. Arduo trabajo, diferencias post-matrimoniales, nada extraño. Su esposa le da un beso somnoliento sin pensarlo mejor y él sale a la vida, al día, sin ánimo, pero sin pocas ganas. Un hombre -que es como decir, todos los hombres- sale de su casa para ser apresado, rastreado como un perro, despojado de toda la felicidad superflua que arrastra desde su tálamo ya herido. Y el hombre que somos desaparece. Se lo tragan las rejas, los banquillos, el estrado, Su Señoría, el servicio social y veitipico de años de violencia impasible.
Ayer, en el noticiero que transmiten todos los días, dieron una noticia acerca de un hombre que fue declarado inocente despues de veintiseis años de encarcelamiento. Un hombre que lloraba en cámara por el tiempo perdido. Un hombre de lágrimas proustianas. Un hombre sin quince años, sin hijos grandes pero con extraños casados y compasivos. Un hombre sin amor pero con lástima. Sin silla eléctrica, pero con llanto.
Y podría hablarse tranquilamente de cómo nadie es verdaderamente inocente y de como la culpa de un hombre es la culpa de todos los hombres, de como el Estado lo va a remunerar ampliamente. Pero como hablar de eso sin mencionar que nadie va a esconder la cabeza de la vergüenza? como decir que nadie tomará su lugar? Cómo decir que no hay tiendas de tiempo ni Ejercito de Salvación capaz de remunerar una infancia sin padre? o peor aun: con un padre en la carcel?
Un hombre es liberado despues de la injusticia, pero la injusticia no se mide en años, la injusticia queda ahi, en el lecho de ese día fatal. Un hombre que somos todos los hombres, vuelve al mundo que aparenta ser compasivo, que le quiere, que nunca dudó de él, que le defenderá pase lo que pase, que le pide toda su confiaza, mas nunca su perdón y llora. Y ver a un hombre llorar es llorar con él. Ver a un hombre llorar con las lágrimas de todos los hombres del mundo no es protestar contra un sistema corrupto, no es criticar una sociedad inapelable, es llorar de tristeza por todos los hombres que somos y que perdemos la vida, las canas y las lágrimas tratando de creer que no hemos hecho nada malo. Ver a un hombre llorar es llorar con él por toda la bondad que pueda quedar en el pobre y gastado espìritu humano y eso es tan, pero tan fuerte, que, para evitar el colapso, no hay nada más que hacer que levantarse y, cabizbajos, apagar la televisión.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo también vi la noticia y fue horrible ver a ese hombre llorar. Qué bueno que escribiste sobre eso.
Saludos
Anónimo ha dicho que…
Ya empiezo a entender porque te quiero tanto en tan poco tiempo

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