Apunte 2
A la media ahora de camino paso por una carretera, veo decenas de carros apilados en el cruce ferroviario un viernes de pago. Ojos quietos en el pasar constante y lento de los vagones, desdos apretando el volante, vejigas al estallar, celulares sonando, la angustia del atrasado.
Ojalá se mueran todos, me imagino que pensaran los conductores, ya he escuchado la misma frase en tono de broma alguna que otra vez, estando en un cruce de esos. Es mi turno, el de mi vagon, quiero decir, pasar justo al frente de los autos. Hay una rubia en un honda blanco que se ha bajado un poco los lentes de sol para contemplar la ceremonia ferrea frente a si. Justo a tiempo, en mis audífonos canto en una grabación vieja: "Peace and love, y metrallas en las uñas...". Cuántas cosas habra dicho esa gente de mi? Cuantas muertes me habran tocado bajo los pedazos histericos de una locomotora descarrilada, de un arbol en las líneas, de un ataque cardiaco súbito y común para todos, eso si, en el tren noventa y uno?
Que injusta es la gente. Que sencilla es la gente. Cómo se repite la vida.
Hace algunos minutos, en la estación, recordaba aquellos viajes a La Boca, con mi familia en plena madrugada, esperando un omnibus para qué?
Estaba, por supuesto, el bebe llorando y la madre que se rehusa a darle la teta en publico pero prefiere regañar a la hermana por sentarse con la piernas abiertas en el tibor del niño. La hindú con aires de niña rica y "de la jai", que cruza las piernas frente a mi, hablando por celular. Calzones rojos. Más allá un negrito a traje y corbata se babea dormido en el banco, mientras que la mujer cincuentona de al lado se esfuerza por demostrarle a la estacion entera su categoría abriendo un libro de quien sabe qué.
Me devuelve a la realidad una señora, de quien escribiré después, por pura cortesía (casi seguro, no habla español): Hey - ya gritando - you're in my seat!
Yo recojo matules, me apilo a la derecha, contra a ventanilla. Es increible que hayan pensado en cada detallito en este tren, en las cortinas que, de verdad, tapan la luz, en la cena, en los tickets en el baño (asumo que hay baño), y se hayan olvidado tan cabronamente de poner un apoya manos entre los asientos adyacentes. Eso es imperdonable. Justo ahora que había encontrado un enchufe electrico, justo frente a mi asiento!
Si tuviera un volante en las manos estuviera descascarándole el barniz al plástico en estos momentos.
Cierro la computadora, o abro videos, me desconcentro, el tren se mece de nuevo y me hace falta orinar, tendre que investigar lo del baño.
Ojalá se mueran todos, me imagino que pensaran los conductores, ya he escuchado la misma frase en tono de broma alguna que otra vez, estando en un cruce de esos. Es mi turno, el de mi vagon, quiero decir, pasar justo al frente de los autos. Hay una rubia en un honda blanco que se ha bajado un poco los lentes de sol para contemplar la ceremonia ferrea frente a si. Justo a tiempo, en mis audífonos canto en una grabación vieja: "Peace and love, y metrallas en las uñas...". Cuántas cosas habra dicho esa gente de mi? Cuantas muertes me habran tocado bajo los pedazos histericos de una locomotora descarrilada, de un arbol en las líneas, de un ataque cardiaco súbito y común para todos, eso si, en el tren noventa y uno?
Que injusta es la gente. Que sencilla es la gente. Cómo se repite la vida.
Hace algunos minutos, en la estación, recordaba aquellos viajes a La Boca, con mi familia en plena madrugada, esperando un omnibus para qué?
Estaba, por supuesto, el bebe llorando y la madre que se rehusa a darle la teta en publico pero prefiere regañar a la hermana por sentarse con la piernas abiertas en el tibor del niño. La hindú con aires de niña rica y "de la jai", que cruza las piernas frente a mi, hablando por celular. Calzones rojos. Más allá un negrito a traje y corbata se babea dormido en el banco, mientras que la mujer cincuentona de al lado se esfuerza por demostrarle a la estacion entera su categoría abriendo un libro de quien sabe qué.
Me devuelve a la realidad una señora, de quien escribiré después, por pura cortesía (casi seguro, no habla español): Hey - ya gritando - you're in my seat!
Yo recojo matules, me apilo a la derecha, contra a ventanilla. Es increible que hayan pensado en cada detallito en este tren, en las cortinas que, de verdad, tapan la luz, en la cena, en los tickets en el baño (asumo que hay baño), y se hayan olvidado tan cabronamente de poner un apoya manos entre los asientos adyacentes. Eso es imperdonable. Justo ahora que había encontrado un enchufe electrico, justo frente a mi asiento!
Si tuviera un volante en las manos estuviera descascarándole el barniz al plástico en estos momentos.
Cierro la computadora, o abro videos, me desconcentro, el tren se mece de nuevo y me hace falta orinar, tendre que investigar lo del baño.
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